5. Cambios de cuerda

Los cambios de cuerda que llevamos a cabo con movimientos plegados del arco acontecen en 8 situaciones distintas que son las siguientes:

A. Cambios de cuerda en legato entre dos cuerdas vecinas, del tipo:

Los franceses la caracterizan correctamente como “ondulés” u onduladas. La mano que sujeta el arco describe una onda al desplazarse calmadamente;

Aquí la caída del arco sobre la cuerda vecina es relativamente lenta, baja, y con ello suave e imperceptible.

Los cambios de cuerda más toscos, a veces incluso justificados (por ejemplo cuando viene indicado “risoluto” ) son llevados a cabo por movimientos más bruscos y grandes del arco, gráficamente los podríamos describir así.

Sin embargo, si exageramos la intensidad del movimiento plegado, el arco con su capacidad de rebote saltará. Por eso, mientras tocamos en general usaremos la siguiente regla: los movimientos plegados de cambio de cuerda lo más bajos posible y en relación al tempo, lentos.


Los cambios de cuerda en legato entre cuerdas vecinas suenan suaves si los tocamos con movimientos plegados bajos.


Los cambios de cuerda los realizamos con diversas partes del brazo, dependiendo del lugar del arco, de la dinámica y también dependiendo del tempo (la velocidad).

Al tocar p en el talón compensamos los desequilibrios del arco con los dedos, sobre todo con el meñique.

Al avanzar el arco hacia la punta el movimiento pasa despacio de los dedos a la mano y luego en la punta pasa al antebrazo.

Al contrario, cuando tocamos f no podremos prescindir de una muñeca fuerte y unos dedos fuertes, de forma que los movimientos los realicemos solamente con el antebrazo.

Cuando el tempo es muy lento es incluso ventajoso adaptar la posición del brazo entero en función de las cuerdas, es decir, tocar principalmente con el brazo (parte entre el codo y el hombro).


Los cambios de cuerda en legato los realizamos alternando partes del brazo según la dinámica, la parte del arco y la velocidad del cambio de cuerda.


Los cambios de cuerda salen con la mayor facilidad cuando la muñeca está recta, es decir, alineadas la mano y el antebrazo en la misma dirección.

Si tomamos consciencia de la presión del pulgar en oposición al resto de los dedos al tocar en diferentes partes del arco y la comparamos con el sonido alcanzado, llegaremos rápido a la manera correcta de pasar de una cuerda a la otra.


Los cambios de cuerda en legato salen fácil si tocamos con la muñeca alineada y con una manera ligera de sujetar el arco.


Los ejercicios de corrección de los cambios de cuerda bruscos deben reducir las desviaciones del arco o reducir la onda sinusoidal de la mano descrita anteriormente.

Al cambiar de cuerda muy lento con el arco observaremos que al final de ambos tonos extremos se produce una doble cuerda. Aprovecharemos este conocimiento e introduciremos dobles cuerdas de paso en los ejercicios de movimientos plegados (ejercicio 14); de forma que los relajaremos.

Por ejemplo en el estudio de Kreutzer n.27 tocaremos dobles cuerdas donde sea posible con un tono de transición sobre cada semicorchea (ejercicio 15).


Estudiamos los cambios de cuerda mediante dobles cuerdas transitorias mientras realizamos lentos movimientos plegados del brazo.


Un excelente ejercicio para llevar bien el arco son directamente los movimientos plegados del ejercicio 16:

Enfocamos la atención aquí en: 1. la posición de la mano (muñeca recta), 2. los cambios de tensión en la mano, sobretodo del pulgar, 3. los mínimos desequilibrios posibles del arco (generar un movimiento de onda sinusoidal baja) y 4. la regularidad del sonido.

B. Cambios de cuerda en legato del tipo:

Se diferencia del cambio entre sólo dos cuerdas principalmente en que la mano no describe una onda sinusoidal, sino un arco. En un tempo despacio, se suma al movimiento en mayor medida también el brazo: asciende o desciende en función de las cuerdas tocadas; no obstante, al tocar en p no nos resistiremos a usar un pequeño movimiento de la mano.


En los cambios de cuerda en legato a través de varias cuerdas actúa el brazo en mayor medida.


Para suavizar los cambios de cuerda bruscos de este tipo, introducimos en los ejercicios nuevamente las dobles cuerdas (ejercicio 17):

ejercicio 17

El arco aquí atraviesa paso a paso todas los siete niveles de plano sobre las cuerdas: Sol (G), Sol-Re (GD), Re (D), Re-La (DA), La (A), La-mi (AE), Mi (E). Imagen 24


El ejercicio 17 va de hacer el cambio de un plano de frotamiento al otro (movimiento plegado del brazo) de manera calmada, gradual y sin tirones.

Si comenzamos arco arriba V, este ejercicio es marcadamente más difícil, ello se debe a que el golpe de arco que ahora podemos usar es más o menos 6 centímetros más corto que si lo comenzamos arco abajo Π.

Nos convencerá de ello esta observación (imagen 25): Al pasar el arco de la cuerda Sol (G) a la cuerda Re (D) en movimiento arco abajo Π las crines harán contacto con la cuerda en el punto A más o menos 1 centímetro más abajo (más cerca del talón) del punto en el que estaban en la cuerda Sol (G) en el punto B.

De esta forma el segmento de arco entre A y B es utilizado en este movimiento dos veces, una primera vez por la cuerda sol y después por la cuerda re. De esta forma el golpe de arco se alarga exactamente la distancia que existe entre las cuerdas Sol y Re en el punto de cambio.

Lo mismo ocurre en el paso de la cuerda Re a la cuerda A y de la cuerda La a la cuerda Mi; en total obtenemos aquí 3 centímetros extra de arco.

Por el contrario cuando llevamos a cabo el arco en sentido hacia arriba V las crines que abandonan el contacto con la cuerda Sol, pasan a estar en contacto con la cuerda Re a la distancia de un centímetro más cerca del talón, por lo que la franja de crines entre la cuerda Sol y la cuerda Re no es usada.

Al atravesar los tres pares de cuerdas la pérdida de superficie de frotamiento del arco es equivalente a la distancia entre las cuerdas Sol y MI en el punto de cambio.

Al realizar el arco abajo Π son 3 centímetros de ganancia y en el arco arriva V son 3 centímetros de pérdida de superficie de frotamiento del arco. La diferencia de 6 centímetros entre ambos ejemplos se conoce en las diferentes dinámicas que surgen, si nos es requerido el uso del arco entero.


Al realizar un golpe en legato arco abajo Π desde la cuerda Sol a la cuerda Mi obtenemos 3 centímetros extra de arco, al igual que cuando hacemos arco arriba V desde la cuerda Mi a la cuerda Sol. En los golpes contrarios perdemos 3 centímetros de longitud de arco.


C. Cambios de cuerda en legato entre dobles cuerdas libres del tipo:

Si la conexión de las dobles cuerdas no debe comportar un paso por una sola cuerda el movimiento plegado deberá hacerse rápidamente. Sabemos por la experiencia que sin embargo cuanto más rápido sea el movimiento plegado tanto más bruto es el sonido, el arco cae sobre las cuerdas vecinas repentinamente.

Si buscamos pues, una manera de llevar a cabo este cambio de cuerdas tendremos que elegir de entre dos males: o bien no cortamos el flujo del sonido al cambiar pero el cambio en dobles cuerdas sonará grueso, tosco, bruto o, interrumpiremos las dobles cuerdas al cambiar consiguiendo que el sonido se ablande.

Dado que damos prioridad a tocar de forma blanda, elegimos la segunda opción: dad una velocidad media del movimiento plegado, sonará durante una fracción de segundo una sola cuerda como se puede apreciar en la imagen 26:

Si pasamos del plano de cuerdas Sol – Re (G-D) al plano de cuerdas La – Mi (A-E), sonará en el transcurso del movimiento plegado la cuerda Re en solitario, en la posición l ilustrada en la imagen 26.


Los cambios de cuerda en legato entre dobles cuerdas los tocamos de manera blanda con una transición sobre una sola cuerda.


Para realizar el movimiento plegado o abatido del arco, utilizaremos una parte del tiempo de la nota anterior o haremos una pequeña pausa; en el ejercicio n.18 (más adelante) está marcado con una semicorchea, dedicada al movimiento plegado del arco.

Para la actual amplitud al tocar dos cuerdas invertiremos el doble de presión o el doble de velocidad del movimiento que al arrancar la vibración de 0una sola cuerda; por eso al tocar dobles cuerdas o endureceremos más la mano o tocaremos con golpes de arco más rápidos (en comparación a cómo tocamos sobre una sola cuerda).

A una mayor presión del arco también le asignamos una adaptación, hasta cierto punto, de la posición del brazo derecho y de la sujeción del arco. Rotamos el antebrazo hacia dentro de tal forma que el punto de contacto de la mano con la vara del arco se desplace a la segunda articulación del dedo índice. También levantaremos el codo más de lo habitual, especialmente al tocar en el talón; la presión sobre la vara no es ejercida ya solamente por el índice, sino en gran medida también por la mano y el antebrazo.


Las dobles cuerdas las tocamos con mayor presión sobre las cuerdas que una cuerda sola en melodía.


Nos convenceremos de que la contrapresión del pulgar no ha de ser grande, porque el peso de la mano y la presión se trasladan a través de la vara y a través de las crines a la cuerda, en la que todo ello se manifestará en forma de sonido más fuerte. Al tocar dobles cuerdas observamos con claridad que conseguiremos un sonido equilibrado y regular solamente si en la punta utilizamos más presión sobre el arco que en el talón.


Ni tocando dobles cuerdas necesitamos sujetar el arco con el pulgar de un modo fuerte.


Estudiar de la manera propuesta en el ejercicio 18 resulta útil cuando prestamos atención a tres factores:

  1. a un movimiento arrastrado y un movimiento plegado libre
  2. un cambio del punto de apoyo y peso al dedo pulgar (con el brazo y la sujeción del arco en cierta medida alejados)
  3. el movimiento del brazo que, al tocar en el talón está marcadamente alto y en la punta muy bajo (el movimiento plegado se lleva acabo con el antebrazo).

D. Acordes

Se tocan por costumbre fuerte. Si solo tienen tres voces y son puntuales, es posible tocarlos a la vez de forma que colocamos el arco en la cuerda del medio y con un movimiento repentino y presionando abarcaremos también las dos cuerdas vecinas; surgirá un acorde corto, de impacto y hasta cierto punto ruidoso (ejemplo 19a más adelante).


Los acordes los tocamos impactados, es decir, tocamos las tres cuerdas a la vez, o desplegados, es decir, tocamos dos dobles cuerdas acentuando la segunda.


Si tocamos acordes impactados largos y en forte, en un primer momento agarraremos las tres cuerdas al mismo tiempo y en un segundo momento dejaremos sonando solo la doble cuerda superior (ejemplo 19b). Suavizaremos la presión inicial y plegaremos inadvertidamente el arco hacia las dos cuerdas superiores del acorde.

Si debemos tocar de esta manera impactada acordes de cuatro voces, el movimiento plegado será más profundo y el elemento de conexión será la cuerda La (A) (ejemplo 19c).

Allí donde la expresión requiera un sonido más blando, tocamos acordes desplegados: consideramos la doble cuerda inferior como añadido a la doble cuerda superior que acentuaremos (ejemplos 19d y 19e). El tiempo para la doble cuerda añadida inferior será sustraída del pulso anterior.


Los acordes en f los tocamos más blandos y desplegados cuando la doble cuerda inferior la juntamos de manera impactada con la doble cuerda superior que acentuamos.


Los acordes en piano no se puede tocar de manera impactada, nos ayudaremos pues (para alejarnos del forte) ejecutando la parte inferior aún con impacto pero el tono superior lo realizaremos sólo. (ejemplo 19f).

En acordes de cuatro voces en piano pasaremos desde el tono más bajo no acentuado al tono superior en la cuerda Mi (E) a través de la cuerda La (A) que sonará solo a modo de transición. (ejemplo 19g) A veces, pero solo excepcionalmente se tocan también acordes de arriba a abajo (ejemplo 19h). Si los tocamos desplegados acentuamos ya la doble cuerda anticipada o añadida.*

*J.S.Bach Siciliana de la Sonata en Sol menor para violin solo:

(Hay que tener en cuenta también la curvatura del puente. Consideramos la mejor curvatura del puente aquella, que permite tocar sin doble cuerda los tonos do y sol en las cuerdas re y lam en tercera posición usando el cuarto dedo,

tocado en pianissimo pp. Empleando las mínimas crines del arco en el extremo del diapasón, “sul tasto” sobre el diapasón.

Los acordes cortos se tocan de costumbre con la mitad del arco (inferior, medio y/o superior), tocando Π y V.

Los acordes impactados que llevamos a cabo en la parte superior del arco requieren de toda la fuerza de nuestro brazo si queremos que el triple tono sea tocado con firmeza. Por eso inclinamos la mano hacia la vara del arco de forma que apretamos sobre ella con la segunda articulación del dedo índice, mientras que la primera y segunda articulación del dedo envuelven la vara. Los dedos y la muñeca están endurecidos, el paso del arco lo ejecuta el antebrazo con un movimiento plegado del brazo. La muñeca está recta salvo al tocar en la punta, que está un poco combada.


Los acordes impactados en la parte superior del arco son un buen ejercicio para fortalecer el brazo derecho.


Algunos violinistas se facilitan la función del arco al realizar acordes desplegados con un movimiento del cuerpo y del violín de forma que antes del acorde se inclinan ligeramente a la derecha y en el momento mismo de realizar el movimiento plegado del acorde el cuerpo y la cabeza se desplazan hacia la izquierda (ver anexo III).

De esta forma el nivel de las dos cuerdas superiores se acerca al punto de peso y apoyo del arco y luego ya solo es necesario un pequeño movimiento plegado para que el arco alcance las dos cuerdas superiores del acordem y eventualmente para no tener que hacer movimiento plegado alguno. Dado que este movimiento es útil y de ayuda a la expresión, no debe ignorarse, siempre y cuando no transgreda el principio del buen gusto.


Podemos facilitar la ejecución de acordes desplegados con un movimiento lateral del tronco.


E. Cambios en detaché entre dos cuerdas del tipo:

Deben tener todas las característica de los golpes de arco con cambios de cuerdas, sobretodo los cambios relajados en el talón y también características de cambios de cuerdas especialmente la mínima oscilación del arco; y además de todo esto los golpes de arco deben cambiarse en exacta sincronización con el cambio de cuerdas.

Estos cambios de cuerdas se facilitarán sobremanera si tenemos el brazo en la posición correcta (aquí más que nunca entenderemos las ventajas de tener la muñeca recta y alineada con el antebrazo) y sobretodo si tocamos con todas las partes del brazo coordinada y libremente.

Los dedos se mueven algo más que en el caso:

en todos los demás casos cambiamos de cuerdas más bien con una cooperación entre la mano y el antebrazo. Cuanto más lento o fuerte toquemos, tanto más trasladaremos la función de los dedos a otras partes más fuertes del brazo, como el antebrazo y el brazo, porque los dedos y la mano con la presión se endurecen y el control del arco pasa a tenerlo el antebrazo.


El cambio entre dos cuerdas (variolaje) en detaché sqle mejor con la muñeca recta, alineada al antebrazo, con muy pocas desviaciones del arco y al sincronizar conscientemente los cambios de sentido de arco con los cambios de cuerdas.


Al estudiar el ejemplo número 20 nos esforzaremos por conseguir una medida de relajación de todo el brazo derecho hasta conseguir la sensación de que todas las partes del brazo actúan conjuntamente de manera obediente, equilibrada y en armonía.

Nos damos cuenta de la ligereza y obediencia de la mano hasta una alegría primitiva del movimiento en sí mismo. Esta sensación – una vez alcanzado – lo recordamos y a menudo lo evocamos: es el fundamento y al mismo tiempo la confirmación de una correcta función de todo el brazo derecho.


Al hacer cambios entre dos cuerdas en detaché buscamos una posición del brazo tal, que tengamos una sensación de cooperación armoniosa del movimiento.


Estudiamos el ejemplo número 20 en cada cuarto del arco, prestando atención a reducir al mínimo las desviaciones del arco (es útil para ello la variante del ejemplo n.21), y también vigilando la sincronización del cambio de sentido y el cambio de cuerdas que genera el arco.

Al mismo tiempo, como ya hemos expuesto anteriormente, trabajamos hasta conseguir la sensación de coordinación del movimiento de todas las partes integrantes del brazo derecho. De los ejercicios primarios elas cuerdas libres pueden desarrollarse posteriormente otros ejercicios de descomposición de cualesquiera sucesiones de dobles cuerdas, aumentando la velocidad y eventualmente aplicando dinámicas.

F. Cambios de cuerda del arco en detaché sobre varias cuerdas del tipo:

Se diferencia del cambio entre dos cuerdas solamente en el hecho de que aquí el brazo se mueve más, el resultado de ello es la voluntad de mantener la muñeca alineada con el antebrazo.


Los cambios de cuerda en detaché entre varias cuerdas se llevan a cabo con movimiento paralelos (al mismo tiempo) del brazo.


Para el movimiento del arco utilizaremos todas las funciones de las que es capaz la mano derecha; movilidad de los dedos (en el talón), muñeca, antebrazo (con movimientos circulares y rotatorios) y el brazo. La preponderancia de una función sobre las otras se hará notoria por sí sola si vigilamos que nuestra muñeca se mantenga recta en general y la musculatura del brazo relajados al tocar en el talón.


Al hacer cambios de cuerda rápidos a través de múltiples cuerdas, realizamos los movimientos necesarios con más o menos todas las partes del brazo.


Sería instructivo grabar en vídeo un cambio de este tipo bien realizado. Al observar el vídeo a cámara lenta podríamos ver, como el arco se pliega libremente a la cuerda vecina sin detener su movimiento y como, en el momento en el que la toca, cambia el sentido de dirección.

Los cambios sobre las 4 cuerdas del tipo expuesto en el ejemplo n.22 a velocidad máxima que permita tocar sin interrupción son ejercicios de arco muy útiles, sobretodo si los juntamos con diversos cambios: cambio de lugar en el arco, con repeticiones (rehacer tonos individualmente), cambios de golpes de arco, de ritmo y de dinámica (ejemplo n.23) y con combinaciones cuya cantidad podría tornarse en infinito.

Si velamos durante estos ejercicios para que los movimientos plegados del arco sean fluidos y para que el movimiento en altura del codo (con el que se mantiene la muñeca recta) sea arrastrado, suave, conseguiremos con el transcurso del tiempo la sensación de libertad relajada y de adaptación del brazo derecho.


Los cambios sobre las cuatro cuerdas con cambios de ritmo, golpes de arco y dinámicas son una base fundamental y destacada para el estudio de la técnica del arco.


G. Cambios de cuerda en detaché de un par de cuerdas a otro del tipo:

Podemos llevarlos a cabo de muchas formas: con los dedos, con la mano, con el antebrazo o solo con el brazo.

Pero, si lo que queremos conseguir es un sonido blando sin ruidos indeseados al cambiar de arco, los movimientos más fiables con un tempo moderado son los llevados a cabo sobretodo con el antebrazo y el brazo, solo con una leve ayuda de los dedos y la mano.

La desventaja de esta forma son las grandes oscilaciones que produce el codo.

Si tocamos estas dobles cuerdas rápido, el papel principal lo desempeña el antebrazo: describe un movimiento ovalado desde el codo que apenas se mueve; hasta cierto punto le ayudan los dedos. La muñeca está firme. Si tocamos al talón debemos sin embargo relajar marcadamente la mano.


Las parejas de cuerdas en detaché las alternamos sobretodo con movimientos de antebrazo y en un tempo más moderado también con el movimiento del brazo.

Estos cambios a través de las cuerdas los estudiamos según el ejemplo n.24 primero libremente, y durante tanto tiempo hasta que consigamos una sensación de acción equilibrada de todo el brazo. Después las tocamos también rápido, aunque con los movimientos dosificados de manera distinta. El ejercicio lo desplazamos a diversas partes del arco. Por norma general utilizamos aquí entre la mitad y una cuarta parte del arco según la velocidad (el tempo).

H. Sobre los cambios de cuerda saltando una o varias cuerdas de por medio ha sido tratado en el capítulo tercero en su sección dedicada a la movilidad del brazo.