Empecemos con motivación!

Me gustaría comenzar hablando de motivación para estudiar, practicar y tocar el violín.

Y para ello voy a hacer una generalización extrapolando de un ejemplo de una clase que di hoy mismo en París:

Mi alumno X es un chico muy despierto para las cosas que le gustan y este año ha decidido interrumpir sus estudios en el conservatorio, seguir sólo las clases conmigo pese a que le he animado a seguir en el conservatorio.

Por qué razón decide parar?

Fundamentalmente por falta de motivación y del tipo de estímulo necesario para sentirse sanamente desafiado a progresar como él necesita.

Ahora, a las soluciones: cómo podemos como profesores motivar sanamente a los alumnos a progresar e implicarse más? Cómo podemos motivarnos a estudiar, practicar y tocar el violín como violinistas/estudiantes?

No hay respuesta única ni fácil porque tratamos con individuos humanos y eso vuelve todo muy complejo y personal.

Aquí van algunas ideas 💡 que he visto que funcionan y de las cuales hay elementos que he puesto en práctica hoy mismo:

1. Presentar material muy difícil técnicamente (más allá de la capacidad inmediata de tocarlo) de forma muy gradual e introduciendo una lógica paso a paso que presente la evolución gigantesca de manera asumible para aventurarse a estudiarla. A este alumno mío le ayudé a tocar una escala, arpegios y escala cromática todo sobre la cuerda sol hasta posiciones muy altas pero para conseguirlo primero tocamos, cantamos y preparamos todo en primera posición. Luego todo en tercera posición y al final, compás por compás fuimos desenrredando la complejidad de subir hasta séptima posición en la cuerda sol.
2. Reforzar los esfuerzos concretos y activos del alumno que traen frutos concretos por pequeños que sean en la dirección deseada comentando sus jugadas: “has visto ese cambio que has hecho entre la quinta y la séptima posición, cómo lo has fallado y corregido sólo? Muy bien! En todo momento, sacrificando la idea de perfección (soy plenamente consciente de que X no va a tocar perfecto hoy todo y muy probablemente nunca porque la perfección no existe). Tener una pequeña fórmula verbal para reforzar nuestros pequeños logros como: yes! vamos!
3. Explicarle al alumno las sensaciones y normalizarlas. Tocar en la cuerda sol en posiciones altas y hacer cambios de posición ahí no es físicamente agradable debido a tal y tal. Es un reto. Ayudarle/nos a asumir y acoger la sensación de rotación del antebrazo y abrirnos conscientemente a la idea de que subir a posiciones altas va a traer consigo incomodidad y aprender a aceptarlo (y en cierta forma amarlo) genera el efecto muscular contrario: como sé lo que me espera y lo anticipo, puedo estar más abierto y no es tan desmotivante ni frustrante estudiar la complejidad.
4. Valorar el hecho de que el alumno o uno mismo podría perfectamente estar haciendo otra cosa más fácil o agradable con toda la legitimidad del mundo (como si nuestras vidas no fuesen suficientemente ajetreadas y complicadas sin el violín) en vez se rompiéndose la cabeza a conseguir tocar algo difícil con un trozo de madera con cuatro trozos de metal. Ésta noción nos permite relajarnos un poco y ver con claridad que sólo el hecho de estar frente al problema afrontándolo ya es parte del inicio de la solución.

Voilà unas pocas ideas no exhaustivas sobre factores que pueden repercutir sobre la motivación al tocar el violin.

Que haya amor y consciencia en nuestra música!

Saludos! 🙏🎻🎼