Una vez conocemos una partitura antes de comenzar a tocarla con el violín -si no has llegado a este punto te sugiero leer esta entrada– podemos hacer un ejercicio que nos ayudará enormemente a situarnos físicamente ante la pieza o extracto.
Consiste en coger el violín y el arco, tocar la pieza o extracto, pero hacer playback, es decir, hacer todos los movimientos como si estuviesemos tocando de verdad, pero con el arco a 1 centímetro de las cuerdas sin emitir sonido alguno.
La precisión de tocar en playback ha de ser lo más elevada posible.
Si tocaba cambiar de cuerda, nuestra mano y brazo han de modificar su postura para situarse a 1 centímetro por encima de la cuerda en cuestión y los dedos del violín han de cambiar sincronizadamente.
Este ejercicio nos obliga a cantar en nuestras mente la pieza mientras estamos haciendo el playback y es una fabulosa forma de comprobar el grado de conocimiento real que tenemos de la pieza o pasaje.
Poder observar las zonas en las que la coordinación es difícil y dónde va a resultar fundamental una mayor concentración sin ser desconcentrado por el sonido ni molestado por los ruidos inesperados, nos puede ayudar enormemente a saber qué zonas conocemos mejor, qué zonas coordinamos mejor y cuáles no, incluso antes de ponerse a tocar “en vivo”.
Al tener mayor tranquilidad podremos darnos cuenta más facilmente de nuestros errores y observarnos a nosotros mismos tocando el violín se volverá más fácil.
Una vez dominado el playback podemos tocar la frase, pieza o pasaje con sonido y apreciar las diferencias en nuestra coordinación y atención.
Te animo a que pruebas estudiarte un pasaje sin la técnica del playback y uno usando el playback y comparar cuán rápido aprendes de una forma o de la otra.
Saludos!
Marko