Cómo hacer vibrato – cuestión de tacto

Recibo esta petición de Rosiitah Silvestre:

Cómo hacer el vibrato es mi preocupación.

Respuesta: “La preocupación mató el vibrato”. Jajajaja, voy a explicar esto en detalle:

Creo que de entre los muchos “problemas” que tenemos los que tocamos el violín, en la lista de los top 10 se encuentra cómo hacer el vibrato, que, junto con los cambios de posición y el miedo escénico quizás configuren el top 3.

vibrato grandeEl caso del vibrato es uno de esos casos paradójicos en el violín. Para poder hacerlo necesitamos relajación en la mano y el brazo, sin embargo al ser novatos, queremos hacer el vibrato de manera grande, el brazo y la mano se cansan, tensan y acaban por bloquearlo o volverlo muy brusco y “a golpes”.

Al tener miedo, inconscientemente aumentamos demasiado el tamaño del movimiento, por miedo a que no haya vibrato o no se note, pasándonos por mucho de la cantidad de movimiento necesaria para que el sonido suene vibrado.

La fórmula o máxima a aplicar es la que mencionaba en el artículo del rango:

“menos es más”.

Necesitamos realizar un pequeñísimo movimiento de “va-y-ven” con la yema del dedo que está apoyado sobre la cuerda. Eso es todo.vibrato pequeno

La pregunta que te sugiero sería, pues ¿qué cantidad mínima de movimiento necesito para que el sonido empiece a oscilar, a sonar vibrado?

Porque si te fijas, estoy hablando de prestar atención a la mano Y al sonido. Ni solo a la mano, ni solo al sonido.

Para ello el dedo ha de tener una presión firme y agradable sobre la cuerda, ni presionando fuertemente, ni sin presión suficiente. Un ejemplo que suelo poner a los alumnos que estudian conmigo para pensar en ello es cómo al dar la mano a alguien que conoces y saludas, ni aprietas la mano de tu interlocutor hasta hacerle daño, ni le entregas una especie de “flan informe” sin presencia: un término intermedio, con presencia y a la vez con tacto. Con gentileza.

Y es que de eso va justamente el vibrato, de tener tacto. El problema está en que el vibrato nos produce inseguridad, miedo, hasta ansiedad y cuando nos sentimos así, nuestro impulso a menudo es HACER DEMASIADO. Es ahí donde todo el asunto se complica.

Si muevo demasiado el brazo, la mano (o el cuerpo entero 😀 ) pierdo mucho el control y acabo por cansarme y tensarme, bloqueando finalmente el vibrato.

Por eso, el vibrato, cuando se aprende, es buena idea ir planteándose la pregunta de: ¿cómo de pequeño puede llegar a ser mi vibrato y que aún así se oiga al tocar? y comenzar haciendo los movimientos más pequeños posibles, escuchando el sonido resultante.

Por último, me gustaría señalar en esta entrada introductoria al vibrato que el vibrato es una hermosa herramienta para hacer colores e imprimir musicalidad e intención al sonido, sin embargo, es importante preguntarse si el vibrato es como “el perejil” que le ponemos al final al plato, elemento que le da gracia y frescura o hacemos uso del vibrato en todo y para todo, convirtiendo nuestro vibrato como en un plato de pasta con demasiada salsa de tomate…

En la moderación y el tacto están dos claves importantes.

Espero que os sea de utilidad lo dicho. Con el tiempo iré dedicando más entradas a hablar de otros aspectos importantes del vibrato.

¡Un saludo!

Marko