A menudo ocurre un preocupante problema entre los violinistas. El hecho de ser educados individualmente por profesores cuyo impacto es muy alto sobre nosotros, no solo en la manera de tocar, sino en todos los aspectos de la expresión violinística, hace que, tras un breve período de tiempo, nos volvamos verdaderamente dependientes del profesor/a para prácticamente todo lo referente al violín (qué repertorio, qué digitaciones, qué arcos, cómo frasear y un largo etc…).
No son pocos los casos de violinistas que conozco (yo hace tiempo también) que cuando el profesor está un par de semanas enfermo o ausente (o una sólo) se sienten desorientados, no saben como seguir estudiando ni qué hacer ni “pa donde tirar”.
Esto son síntomas de lo que yo conozco como el síndrome del eterno estudiante de violín. El más agudo de los síntomas es la falta de confianza en uno mismo y la claridad para saber cuales son las metas a las que uno desea dirigirse sin la interferencia de ningún profesor o escuela de violín particular para determinarlas por uno mismo.
¿Significa esto que las orientaciones del profesor son malas? No, en absoluto. Este tema no trata sobre el profesor/a, trata sobre tí.
Hay ciertas preguntas que ningún profesor podrá contestar por tí: (more…)