Mi atención y el violín

Tocar el violín es un enorme esfuerzo de coordinación de elementos muy variados que implican nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones, conocimiento musical y capacidad de adaptación a los cambios en tiempo real.

A los violinistas que estudian conmigo, no importa la edad que tengan les suelo recordar que tocar el violín es algo así como esto,

malabaristasalvo que en el caso del violín tenemos más de 15 bolas con las que hacer malabares al mismo tiempo…

Si intentase ser un poco más detallado, las cosas más fundamentales a las que prestamos atención al tocar el violín son las siguientes:

ATENCION Y VIOLIN

Cada una de estas cosas capturan una parte de nuestra atención. A medida que pasa el tiempo unas capturan más y otras menos, sin embargo es importante pararnos a reflexionar sobre el uso de nuestra atención al estudiar y al tocar el violín.

Voy a explicar brevemente los tres tipos de atención y cómo podemos hacer para usarlos correctamente.

1. Concentración:

Sirve fundamentalmente para estudiar una obra o fragmento musical :

concentracion

El símil sería la lupa que concentra los rayos del sol sobre un punto concreto.

Es importante entender que una vez se ha elegido un elemento a estudiar, analizar, resolver o mejorar,  no prestamos atención a los otros. Si hemos elegido trabajar y comprender el ritmo de una pieza nos centramos en eso, aunque la afinación falle o el estilo no esté ajustado.

Obviamente podemos posteriormente elegir prestar atención a un par o tres elementos al mismo tiempo al tocar, pero para estudiar, periodos cortos y un solo elemento de cada vez.

Es importante darse cuenta de que nuestra capacidad de concentración es limitada y solo podemos tener atención de alta calidad durante poco tiempo, por lo que no es recomendable abusar del tiempo concentrándose en un mismo elemento.

Algunos estudios indican que el máximo son 20-25 minutos, otros llegan hasta 45 minutos. Yo, personalmente y después de ver durante muchos años a diversos violinistas, tanto amateurs, principiantes, como profesionales, y conociéndome a mi mismo como violinista, sé que incluso 25 minutos es demasiado tiempo.

Cada uno debe aprender a conocer sus tiempos biológicos. Mejor seguir la regla de oro: Menos cantidad, muy alta calidad.

2. Contemplación

Sirve fundamentalmente para tocar una obra musical o fragmento delante de otras personas:

contemplacion

Utilizamos la contemplación para abrir nuestra atención y “abrazar” el conjunto de todos los elementos presentes en la obra o fragmento que estemos tocando.

Por usar una similitud, podríamos decir que somos los ejecutantes de la pieza y a la vez los observadores y espectadores de la primera fila.

Al mantener un ambiente de contemplación, hacemos que nuestra atención se mantenga alerta, aunque más relajada que en el estado de concentración y por tanto, podemos permanecer por más tiempo con la atención en modo contemplativo.

Contemplamos justamente el rico mundo que tiene lugar ante, alrededor y dentro nuestro al tocar el violín, por igual, sin dar mayor importancia a un elemento que a otro. Esto, justamente nos ayuda a no obsesionarnos y concentrarnos en exceso en algún elemento específico que nos lleva a estar más nerviosos y menos disponibles y serenos.

3. Meditación

La mayoría de los músicos que conozco, incluido yo hace algún tiempo, desconocen esta última variante.

Básicamente consiste en olvidarse de todo y disfrutar de lo “metafísico” de la música, por elección, no por espontáneo azar.

Una vez nos hemos concentrado y desarrollado el conocimiento teórico y práctico de una pieza, es un buen momento para darse el permiso de disfrutarla más a fondo.

Para eso sirve la meditación, donde el centro de atención es uno mismo y el disfrute del sonido y la pieza. No consiste necesariamente en entrar en estado de consciencia especial alguno, sencillamente de tocar la pieza o fragmento para uno mismo haciendo hincapié en el deleite y en el sonido.

Para esto, una vez llegado el momento, suelo ayudar a mis alumnos diciéndoles que cierren los ojos y toquen tranquilamente escuchando la música, un poco como si no fueran ellos los que tocan. Valoramos poco nuestro genio creativo los humanos.

Apreciar la música que hacemos también requiere esfuerzo. A menudo estamos más obsesionados con la perfección y un constante mejorar que nos impide tener un sano equilibrio entre la técnica y la música.

El aviso a hacer aquí, es entender que la concentración sirve al propósito de la técnica, la meditación al del deleite y la contemplación a una sana mezcla de ambos elementos.

¡Espero que os haya sido útil esta entrada y hasta pronto violinistas!

Marko