A menudo ocurre un preocupante problema entre los violinistas. El hecho de ser educados individualmente por profesores cuyo impacto es muy alto sobre nosotros, no solo en la manera de tocar, sino en todos los aspectos de la expresión violinística, hace que, tras un breve período de tiempo, nos volvamos verdaderamente dependientes del profesor/a para prácticamente todo lo referente al violín (qué repertorio, qué digitaciones, qué arcos, cómo frasear y un largo etc…).
No son pocos los casos de violinistas que conozco (yo hace tiempo también) que cuando el profesor está un par de semanas enfermo o ausente (o una sólo) se sienten desorientados, no saben como seguir estudiando ni qué hacer ni “pa donde tirar”.
Esto son síntomas de lo que yo conozco como el síndrome del eterno estudiante de violín. El más agudo de los síntomas es la falta de confianza en uno mismo y la claridad para saber cuales son las metas a las que uno desea dirigirse sin la interferencia de ningún profesor o escuela de violín particular para determinarlas por uno mismo.
¿Significa esto que las orientaciones del profesor son malas? No, en absoluto. Este tema no trata sobre el profesor/a, trata sobre tí.
Hay ciertas preguntas que ningún profesor podrá contestar por tí:
¿Por qué tocas el violín?
¿Para qué tocas el violín?
¿Qué quieres conseguir tocando el violín? ¿A qué aspiras?
¿Cómo te sientes tocando y cómo te gustaría llegar a sentirte tocando el violín?
etc…
Todas estas cuestiones son muy importantes, ya que son, te guste o no reconocerlo, las piedras fundacionales sobre las que se construye tu relación con el violín.
Si leyendo esas preguntas has entrado en una sensación de incertidumbre, nube mental de indecisión o agitación e indecisión, el ejercicio que te voy a proponer a continuación te va a resultar útil.
Si ya tienes todo lo anterior claro, el ejercicio puede ayudarte a profundizar en cada pregunta. O puede que lo tengas tan claro que no lo necesites para nada, pero entonces… ¿para qué estás leyendo esto? 😀
Allá vamos. Se trata de elaborar una lista de las cosas que consideras IMPOSIBLES de conseguir con el violín. ¿Por qué una lista de imposibles en vez de una lista de “metas que voy a alcanzar”? Porque si quieres ser realmente honesto contigo te darás cuenta de que por mucho que te moleste esas cosas las consideras IMPOSIBLES. Mejor asumir la categoría que tienen en nuestra mente hoy en día y conocerlas bien, que autoengañarnos sobre ellas, he aquí unos ejemplos:
Lista de imposibles 2015
- Disfrutar mientras toco el violín de memoria delante de personas y no estar tan preocupado por los errores y las pérdidas de memoria.
- Tocar influyendo y controlando totalmente la manera en que emito el sonido y ajustar el resultado que suena a lo que suena en mi cabeza.
- Tocar con el violín la pieza X que considero imposible de alcanzar musical o técnicamente.
- Afinar perfectamente estando a la vez relajado y sin preocuparme por la afinación.
Etc, etc, etc…
La lista puede ser de larga todo lo que quieras y en ella puedes poner todos los imposibles que vayas encontrando en tu cabeza y en tu corazón. Puede que durante los primeros días o semanas, te cueste ir escribiendo, es normal, es el tiempo que yo llamo de “reconexión con la dirección perdida”.
¿De qué sirve hacerlo? Sirve para que te empieces a dar cuenta de lo que realmente TU anhelas en lo profundo de tí alcanzar con el violín, tus verdaderas metas, LAS TUYAS, no las de fulanitov o menganitov. Aunque las consideres imposibles, son las tuyas y al menos las has hecho explícitas y a partir de ahora sabrás cuales son realmente. Te resultará más fácil identificar las oportunidades en la vida que te acercan hacia tus imposibles.
A medida que las vayas escribiendo te daras cuenta de que pueden ir cambiando o matizándose. No tengas reparos en reescribirlas si es necesario o hacer cuantas actualizaciones hiciesen falta.
Te recomiendo que las tengas colgadas en alguna pared de uso privado y bien a la vista, para recordarte hacia dónde apuntas.
Por último, no te sorprendas si con el tiempo algunas de ellas dejan de parecerte tan imposibles o si alomejor llegas a cumplir alguna de ellas. Date las gracias por elegir tu propio rumbo en tu vida musical violinística y sigue adelante, que tienes mucho que aportarte a tí y al mundo.
Que tengas un feliz viaje musical!
Hasta la próxima entrada…
Marko